EEUU y en el mundo en general, los hospitales son lugares costosos, por ello Andrew Thompson espera que su empresa pueda ayudar a que la gente acuda menos a ellos. Su empresa, Proteus Biomedical, en Silicon Valley, está probando un chip miniatura digerible que puede adherirse a los medicamentos. Ese chip introducido en medicamentos convencionales tiene la capacidad de enviar una señal que confirma si los pacientes tomaron las pastillas recetadas por sus medicos. Un aparato con censores que se usa en la piel utiliza tecnología inalámbrica para transmitir esa información a los doctores, junto a las lecturas de
los signos vitales de los pacientes. Thompson predice que esta tecnología generará información sobre la evolución de los pacientes y el impacto de los medicamentos que toman. Los médicos podrían decidir intervenir sólo cuando se enfrenten a datos que muestren problemas con el tratamiento
viernes, 11 de septiembre de 2009
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